Estigma y su impacto en la adicción

Alcoholismo en la familia

Por varias razones políticas, religiosas y sociales, la adicción ha sido percibida históricamente por muchos como un reflejo de debilidad moral o de comportamiento criminal. También ha estado asociada durante mucho tiempo con las zonas urbanas y los barrios pobres. Esta percepción, a menudo incorrecta, ha actuado como barrera para el tratamiento de muchos. Muchos adictos se han enfrentado al reproche de que simplemente necesitan endurecerse o controlarse. Estas visiones de la adicción como falta de control o debilidad a menudo llevan a familiares o amigos a distanciarse más del adicto, alejándolo de medios para buscar ayuda. Estas creencias incorrectas conforman colectivamente lo que se conoce como estigma.1

Cuando la gente no está informada o educada adecuadamente sobre un tema como la adicción, puede adoptar ideas preconcebidas al respecto. Cuando alguien tiene una experiencia desagradable debido a un adicto, puede llegar a creer que todas las personas que luchan contra las drogas y el alcohol probablemente causarán experiencias similares y desagradables.

¿Cómo se puede reducir el estigma asociado con la adicción? En muchos aspectos, eliminar el estigma asociado con la adicción depende en educar a las personas sobre qué es la adicción y cómo pueden ayudar a los adictos a mejorarse.

Eliminar el estigma y los estereotipos

La adicción es un conjunto de comportamientos negativos complejos aprendidos que continúan a pesar de los esfuerzos por el adicto a controlar o dejar el uso de una sustancia. Esta incapacidad de parar se refuerza por el proceso biológico de la tolerancia, que hace que el cuerpo sea físicamente dependiente de tal. La dependencia física produce antojos extremos de la sustancia y requiere más y más de la sustancia para obtener alivio.

Este ciclo de adicción biológicamente reforzado es casi imposible de romper por uno mismo. Lo que resulta es una crisis empeorante en la que el individuo encuentra imposible continuar viviendo sin sustancias. Esta lucha desesperada resulta en una deteriorización de decisiones tomadas, y en ocasiones, comportamientos extremos que son las características distintivas de la adicción.

Son estos comportamientos y malas decisiones los que representan los estereotipos más comunes de la adicción. La creencia de que estos comportamientos representan una elección deliberada o una decisión consciente por parte del adicto es simplemente falsa. La criminalidad surge más a menudo de la desesperación por encontrar la sustancia a la que uno se ha vuelto adicto. Estas no son decisiones morales; son decisiones tomadas por desesperación para poner fin a los incesantes antojos y síntomas de abstinencia que comienzan casi inmediatamente después de consumir una droga.

El estigma finalmente impide que las personas que sufren de adicción busquen tratamiento al marginarlas y crea un ambiente de miedo en el cual alguien que busca ayuda pudiera, en su lugar, encontrar encarcelamiento o castigo. Al reducir este estigma y ofrecer un tratamiento eficaz, se puede interrumpir el ciclo.

Fuentes:


  1. Dr. Nora Volkow, NIDA 2020, 22 de abril. “Addressing the Stigma that Surrounds Addiction”. Artículo de NIDA: ↩︎